.
.
.

viernes, 7 de mayo de 2010

En defensa del libro impreso

Reflexionando sobre la evolución del libro en nuestros tiempo digitales, resulta sumamente interesante recordar algunas ideas del historiador chileno Bernardo Subercaseaux, quien avanzó argumentos que defienden la sobrevivencia del libro impreso a largo plazo.

En su apasionante Historia del libro en Chile (alma y cuerpo), Subercaseaux concluye que, considerando que cada vez más personas pasan el día delante de un pantalla por obligaciones laborales, es evidente que luego para leer por esparcimiento se apreciará el libro impreso, antes que enfrascarse en un ebook delante de una pantalla. El historiador chileno subraya así que la lectura digital atañe más de cerca a la lectura funcional, relacionada con la búsqueda de información, que claramente se beneficia con el carácter interactivo de la web.

Subercaseaux cita otro factor clave para la permanencia del libro: la masificación de lo impreso, a través de la impresión moderna, que permite volver el libro un producto de consumo cotidiano (aunque en nuestro país esto no sea aún del todo cierto). Producto autosuficiente, pues no requiere de energía externa (como la electricidad) y es móvil (fácilmente transportable).

La polémica en torno a la expansión del rol del libro digital está lejos de cerrarse.

No hay comentarios: