.
.
.

viernes, 7 de mayo de 2010

Imaginarse uno mismo en la piel de un niño

El escritor francés Daniel Pennac, en Mal de escuela, narra sus dificultades para inicarse a la lectura, y la sorpresa hoy de su madre, que no logra creer que sea un autor reconocido.

¿Cómo fuimos nosotros mismos como alumnos? Pregunta compleja, que requiere un esfuerzo contundente de memoria e imaginación (porque nos toca recrear la imagen que tenemos de nosotros mismos en otra época).

¿Nos portábamos bien? ¿Qué significa portarse bien, en el fondo? Según los recuerdos, nos podemos dar cuenta, seguramente, que nuestra actitud varió profundamente de año en año, según nuestra evolución personal, según el grupo en qué estábamos y según cada docente. Nos damos cuenta de esa manera, recordando, qué pudimos ser buenos o malos alumnos, más o menos comprometidos con la enseñanza que recibimos.

Un excelente ejercicio, además, es preguntarnos lo que leíamos, digamos, a los doce años. ¿Éramos buenos lectores? ¿Fuimos lectores precoces? ¿Y cómo comunicamos hoy el gusto por la lectura a los que recién la descubren?

No hay comentarios: