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viernes, 7 de mayo de 2010

Libros usados


Los libros usados son una solución. Al ser económicos, son un consumo cotidiano, como llegan el pan o la leche a la mesa (y no una inversión, ¡no son un mueble!). Además, los libros usados prolongan su vida a través de nuevos lectores. Y, sobre todo, permiten encontrar títulos de manera sorpresiva, a la vuelta de la esquina. En una librería de segunda mano no esperamos hallar un libro preciso: hay que saber acudir a ella abierto a todo tipo de sorpresas y con ganas de leer de todo.
Ya poniéndonos en la posición del librero, podemos citar un ejemplo conocido de librería que supo incorporar los libros usados a sus estanterías con gran éxito, al punto de montar diferentes tiendas de varios pisos cada una: la multitienda de libros Gibert Jeune, en Francia. Su éxito es tal que invadió todo el sector de la Fuente Saint-Michel, en París.
Otro ejemplo alucinante es la calle de los Donceles, en Ciudad de México. En una misma calle, hay una multitud de "librerías de viejo" (de libros usados), dignas de la imaginación borgeana: como están alojadas en edificios antiguos, de altos techos, sus anaqueles se encumbran por los cielos, y hacen falta peligrosas escaleras para cazar los libros. Y sí: se trata de una verdadera cacería, entre pilas de libros acumulados, donde absolutamente todo puede aparecer.

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