viernes, 7 de mayo de 2010
Leer para aprender a leer
Nuestros gustos se cultivan: los vamos enriqueciendo con el tiempo. Nuestros gustos literarios hacen parte de un largo aprendizaje (toda una vida), porque con cada libro vamos descubriendo las infinitas maneras de escribir y ver el mundo. Cuando leemos, nunca dejamos de aprender a leer. Con ciertos libros, nos sentimos fácilmente atrapados por la acción, como con las novelas policiales (que son un verdadero "placer culpable"). Con otros libros, sabemos que hacemos un esfuerzo enriquecedor, como al leer las novelas vanguardistas del siglo XX o algunos exigentes ensayos. Los niños y niñas absorben conocimiento como una ribera la espuma de las olas. Por ello, con cada nueva lectura ven abrirse deslumbrantes horizontes. Se trata de un proceso acumulativo, en que el joven lector va vogando y descubriendo nuevas tierras. Es un placer estar concientes de que participamos de este proceso y que somos una compañía, un apoyo y un guía.
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